25 febrero 2007

TIEMPO DE CAMBIAR

Una semana. Siete días.


Obviamente, esto es todo lo que he aguantado sin fumar. Conclusiones (la manía de las conclusiones no se me ha quitado):

  1. Ha sido uno de los períodos más difíciles de mi vida
  2. Estoy más enganchada al tabaco de lo que creía
  3. En determinadas situaciones puedo llegar a ser verdaderamente insoportable

De verdad, si algo he sacado en claro, es que no voy a volver a intentar dejar el tabaco. Al menos no mientras comparta mi espacio vital (esto es, mi casa) con más gente. Si un día lo dejo, me tendré que encerrar en algún sitio, al menos durante el primer mes.

No es que normalmente sea Miss Simpatía, pero es que en siete días he pasado de ser una persona más o menos normal a un monstruo que contestaba mal siempre y a la que todo le sentaba mal. Horrible. No quiero ser así. Prefiero morir (de cáncer, se entiende).

No estoy orgullosa de mí misma. Había pensado que yo sería una de esas personas de la que los amigos hablan después: “Fíjate, Kaktus, diez años fumando, y de un día para otro lo dejó, la tía...” Y lo dirían con admiración. Ésa iba a ser yo. Ya no.

Y encima ni siquiera he engordado. Y de los nervios que he pasado me ha venido una gastritis que ésa sí que me está matando. Desde aquí lo digo: el tabaco es salud (al menos mental).


1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo siento por t'i kactus, yo ya llevo tres semanitas. Ole, ole y ole a mis amigas y conocidos por aguantarme. Much'isimas gracias a todos.
Saludos y besos.