27 noviembre 2008

Ay, pobres!



Estaba leyendo el otro día, “Monólogos del Rey de las cosas pequeñas”, de Luís Piedrahita, que no aporta tanto como leer a los clásicos, pero te ríes una jartá.
Y como “La maru” que soy, uno de los monólogos que más me sorprendió, fue aquel en el que homenajeaba a las Pinzas de tender. Esas grandes desconocidas.
Las define como las “Funambulistas del patio de luces”. Y qué razón tiene. Se la juegan cada día, dice. Son como los Bordini del patio de luces. Pero esta familia de funambulistas sin red, disponían de un margen de seguridad, al tener un pueblo entero en la plaza del Ayuntamiento para hacerles de colchón. Cosa que las pinzas no tienen.
Dice de estas pobres, que además de estar colgadas en el abismo, tienen que estar sujetando una toalla mojada toda la noche. Que en noches como la de ayer tiene mérito, no me digáis que no.
Pero su valor no sólo se debe a lo arriesgada de su función. También les asignamos otros empleos, como mantener bien cerrado un paquete de patatas fritas que se ha quedado a medias, para que no se resequen. Por lo que algunas pinzas, según Luís, acaban con trastornos psicológicos. Y no es de extrañar. Por un lado, tienen que mantener la ropa para que se seque, y por otro, asegurar que las patatas no se sequen. Algunas acaban tan mal de la “pinza” que terminan suicidándose. Todos pensamos que se nos escurren entre los dedos al tender y acaban precipitándose al vacío, pero qué va. Se suicidan desesperadas y confundidas por no tener claro sus funciones en la vida.
Y muchas otras acaban mutiladas, desmembradas. Que te las miras, viéndolas con el muelle que tienen por cadera, colgando de uno de los extremos y no veas la pena que dan. Y Piedrahita tiene razón. Yo no lo soporto.

Lo cierto es que, ves a este tipo, con sus gafas de madera, igualitas a las de Adolfo Guerra en sus tiempos de mozo, y con ese pelo-pelucón peinado al revés, con el flequillo a la altura del bigote, y no le asignarías ni dos neuronas. Pero sabe lo que se dice. Hasta te hace reflexionar sobre las cosas más insignificantes de la vida cotidiana de una Maruja.
¿Cómo sería una vida sin pinzas?

Agradecimientos:
A Luis Piedrahita por haberme salvado este post. Gracias chaval.




26 noviembre 2008

QUE HAY DE NUEVO VIEJO!

Pues nada, por aquí, dando una vuelta. Que como últimamente tengo un montón de tiempo, pues eso. Os traigo noticias frescas. Me reincorporo al blog. No. Eso no. Es broma. Estoy de un vago últimamente!

Lo que ocurre es que, harta de entrar para ver si alguien ha actualizado éste, nuestro queridísimo blog, y más cansadica todavía de ver mi entrada de jubilada, me he dicho:
-qué narices, voy a poner algo.
Sí, pero… ¿qué cuento?. Uhm!
La…Kactus nos ha dejado. Os habéis enterado? Pues salió hasta en el periódico. No de este mundo pero, nos ha abandonado para irse a un mundo que está más abajo. Bajo tierra tampoco, cómo sois!. A uno que está más al sur. Por daros un dato, un poco más al sur de Cádiz.
Y… anda que no la echamos de menos!. Yo al menos. Este último año he tenido “un intensivo” con ella. Estábamos juntas a todas horas. Menos las de ducharnos, las de comer, la jornada de trabajo y las de dormir, se sobreentiende. Todo el día en mi casa, los fines de semana por ahí dando mal a algún que otro camarero, el verano en su piscina, me hacía compañía en mi baja laboral… en fin.
El martes pasado, me tuve que despedir de ella y me entró una llorera de esas que empiezas y no sabes si vas a parar algún día. Que piensas: cómo en un cuerpo tan pequeño caben tantos litros de lágrimas? No sabía que tuviera tantas ganas de llorar acumuladas!
Total que, de llorar paré. Pero la verdad es que, tengo un síndrome de abstinencia tremendo desde que se ha ido. No es que con ella bebiera ni más ni menos, es como si me faltara un brazo, una hermana pequeña, una amiga. Me entendéis, no? Me sobra siempre una taza de café, nunca tengo cerveza en la nevera, no me entero de las noticias de primera mano como cuando estaba ella, en fin…
Me alegro mucho por ella, por que es valiente para hacer lo que quiere y lo hace gustosamente. Y también sé, que estará feliz y contenta, allí donde esté. Pero…jooo!
Y yo qué? A mí que me den, no? Me acostumbra más de un año entero a su compañía, a su cariño y ahora… Búscate la vida, un novio, otra amiga…a mí me que me dices! jaja
¿Es inevitable ser egoísta y querer que se quedara aquí conmigo?
Habrá que esperar al verano para volver a verla, pero cualquier noticia de ella os será comunicada. Es más, espero que escriba pronto para poder colgar algo interesante porque visto lo visto...el barco se hunde.





12 noviembre 2008

Un día más, de una jubilada forzosa.


8:15 suena el despertador. Lo apago y negándome a abandonar la ensoñación, valoro la posibilidad de levantarme, darme una ducha y ponerme el collarín. Qué ilu!

10:52 las pastillas han dejado de hacer su efecto calmante, sigo en la cama, me levanto al fin, con el único objetivo de tomar la medicación y despertarme del todo.

11:09 suena el teléfono y quedo con kactus a tomar un café. Su agenda está mucho más apretada que la mía, así que la acompaño a realizar sus quehaceres, de un lado a otro de la ciudad.

12:03 pasamos del resto de las obligaciones de kactus y nos tomamos un vermút (ella) y un poleo (yo). Criticamos algún que otro compañero, hablamos de nuestros amigas/os, del tiempo, de las últimas noticias, de…

14:02 dios mío, qué hora se nos ha hecho! Pagamos al camarero y nos vamos a comer cada cual a su casa.

16:05 quedo con kactus a tomar café de nuevo, para hacer hora hasta que entre a trabajar (ella). Yo no tengo nada que hacer en toda la tarde.

17:00 kactus me abandona a mi suerte y se marcha al curro. Yo me voy a mi casa atacada de tanta cafeína.

17:11 me lanzo a la calle. He conseguido quedar a tomar algo en casa de una amiga a la que no veía desde hace siete u ocho meses. Espero que tenga algún refresco porque otro café no lo aguantará mi tensión. Qué suerte la mía. He conseguido a alguien que me saque del aburrimiento unas horas.

19:50 vuelvo a casa y encuentro a otros jubilados, que observan unas obras, y estoy por quedarme con ellos hasta la hora de la cena. Hace frío, así que me voy para casa directa, sin pensar más tonterías.

20:35 fin. He acabado la tercera novela esta semana. Mañana pasaré por la librería a comprarme algo que leer.

20:37Veo el rosco de pasa-palabra. (Qué, le voy a hacer si estoy enganchada a este programa).
21:00 me hago la cena e ingiero la última dosis de drogas legales del día.

22:30 por fin es una hora decente para volver a acostarme.

23:56 Morfeo está de vacaciones y ya me aburro de dar vueltas en la cama. Miro por la ventana un rato y como no pasa nadie por la calle, vuelvo a intentar dormirme.
Conclusión: 24 horas son muchas horas para no poder hacer nada en todo el día. Por no poder hacer, no puedo ni mirarme los pies. Pensarlo.


10 noviembre 2008

La botica de las chicas X

En apoyo al post anterior, os cuelgo un croquis de la anatomía humana, para que nadie dirija el aire de color añil, hacia un lugar erróneo.
Jajaja. Oye, nunca va mal un recórdatorio de cuarto de EGB. (Porque, ¿éramos todos de la EGB, no?)


06 noviembre 2008

LA BOTICA DE LAS CHICAS (IX)


"Hay una serie de estrategias que nos pueden ayudar a volver a nuestro centro cuando una serie de emociones nos han alterado profundamente... ...Si la emoción que sentimos es ira, necesitamos imaginar que empezamos a respirar un aire de color verde que recorre nuestro cuerpo hasta llegar a la zona situada debajo del hemitórax derecho, que es donde se encuentra el hígado. Imaginemos que toda la zona se colorea en ese tono, y luego al espirar pensemos que el aire que expulsamos de color violeta. Si lo que sentimos es miedo, entonces el aire ha de ser de color azul y hemos de dirigirlo a ambos riñones. Si lo que sentimos es desesperanza, el aire ha de tener una tonalidad rosada y debe dirigirse hacia el centro del pecho, donde se localiza el corazón. Si lo que sentimos es una intensa preocupación, el aire ha de ser de color amarillo y debe dirigirse a la parte central y alta del abdomen, que es donde se encuentra el estómago. Los colores son procesados fundamentalmente por el hemisferio derecho del cerebro, que es la puerta al inconsciente. Éste está tremendamente conectado con el mundo de las emociones y además es clave en el control del sistema nervioso vegetativo, que es el que gestiona nuestras vísceras. La representación del cuerpo también se encuentra principalmente en el hemisferio derecho. Las emociones son esencialmente procesos corporales en los que están participando nuestras vísceras y nuestros músculos. Ciertos colores tienen un curioso efecto porque de alguna manera, pueden desactivar el sistema de alarma del cuerpo, relajar nuestras vísceras y destensar nuestros músculos, con lo cual toda nuestra emocionalidad se modifica"

Esto que habéis leído hasta aquí, aunque me gustaría, no es de mi producción sino de la de Mario Alonso Puig, en su recién estrenado libro "Vivir es un asunto urgente". A pesar, o quizás por, ser psicóloga no suelen gustarme los libros de autoayuda, más bien suelen parecerme un tostón imposible de leer que no te aportan mucho más allá de sentido común. Pero cuando me enteré de la presentación de este libro corrí rauda a comprarlo (bueno, mandé a duende que lo hiciera por mi, que el tenía el día libre).

Para que podáis entender algo más sobre el libro, el escritor es cirujano y conferenciante (no de temas médicos sino de liderazgo, comunicación, gestión del estrés y esos temas que nos gustan a los de recursos humanos) y sus charlas son una curiosa mezcla entre sus dos profesiones.

Tuve la suerte de tenerle como profesor y sus clases eran continuamente sorprendentes. No habla de nada que no sea de sentido común, pero lo basa en algo más allá, en la medicina y en la neurociencia. Y además lo hace para que hasta un niño de primaria sea capaz de enterarse.

Por eso quería recomendaros su lectura, a mi, me ha encantado y espero que a vosotros también.


05 noviembre 2008

NO TE FALLARÉ (cuando te violen, caigas en las drogas o te quedes embarazada)

Mientras La Maru prepara el número de contorsionismo con el que inaugurará Periferias 2010 (ya está todo firmado), hoy me paso por este nuestro blog para hablaros de obras cumbre de la narrativa clásica y actual: hoy la cosa va de series juveniles de televisión. Me centro en las españolas, que hay más carnaza.

Desde la ínclita Al Salir de Clase hasta El Internado, pasando por SMS, Un Paso Adelante y Física o Química, el mundo adolescente interpretado por actores rallando la veintena ha copado horas de televisión y primeros puestos en las listas de audiencia. Y es que la traición, los celos, las jerarquías sociales, los secretos familiares y las adicciones ya las trató Shakespeare, pero resultan mucho más entretenidas vestidas de Zara, calzadas con Converse y cubiertas de pies a cabeza de Product Placement, que hay niños de estas series que parecen Fernando Alonso.

Toda serie adolescente española que se precie tiene que tener, al menos, los siguientes personajes:

1. La Pija: Es la, en teoría, mejor vestida y/o mejor peinada. Las pijas de las series suelen ir en la línea de “pobre niña rica”. Vamos, que son pijas desgraciadas con múltiples traumas. Esto, creo yo, sólo quiere decir una cosa: los guionistas de estas series son gente bastante pobre que subliman así sus complejos de clase. No se concibe la pija feliz. Tamara Falcó, de haber figurado en Compañeros (tremenda oportunidad perdida) se habría enganchado a las drogas, su padre la habría repudiado y, lo peor de todo, habría acabado huyendo en moto con Quimi, que le habría mostrado los encantos de la vida en Parla.

Y es que, antes o después, a la pija la vida le dará un mamporrazo que le hará reflexionar y que le conducirá inexorablemente a ver el vacío que acecha en su fondo de armario. Que se lo digan a (Mónica Cruz) Silvia. Al final, la pija suele encontrar la felicidad en las cosas sencillas que la vida nos ofrece gratuitamente, y se enamoran de un chico normal, de los que una se puede encontrar en el Facebook. Las pijas, sobra decirlo, son rematadamente tontas. Si no de qué se iban a creer este desenlace de sus vidas.

En las series españolas, las pijas estilísticamente suelen ser un quiero-y-no-puedo de manual. Buscando la brillantez, su vestuario es un desmesurado coqueteo con los tejidos sintéticos. Sólo para dar a entender que la pija, colega, puede ser bien chunga.

2. La alternativa y/o hippy. Es esa chica que va de radical, pero con camisetas de Custó Barcelona. Curiosamente, las alternativas suelen vestir mucho mejor que las pijas en estas series. La alternativa, inexorablemente, acaba en brazos del ex novio pijo de la pija. Se ve que los guionistas tienen colgado en sus neveras un imán con la frase “los extremos se atraen”, y la aplican a rajatabla. El imán con la frase “esto ya lo he visto” no se lo han regalado todavía.

La alternativa defiende el medio ambiente (muchas de ellas acaban liberando animales de laboratorios farmacéuticos, que todos sabemos que son instalaciones de libre acceso que uno puede encontrar en todos las Californias que en el mundo son), lleva lino frecuentemente (se ve que también la gusta planchar) y en el estilismo capilar se decanta por rastas. La alternativa, normalmente, suele perder radicalismo conforme la serie avanza y acaba siendo la mejor amiga de…

3. El/La Gay: No es un personaje principal, que una cosa es la visibilidad y otra el protagonismo. En España, los niños y niñas lesbogayers de estas series tienen familias talibanas que los rechazan radicalmente cuando sufren su traumática salida del armario. Todos ellos declaran su homosexualidad obligados por las circunstancias. No hay ni uno sólo que pueda vivir su sexualidad con normalidad. Misteriosamente, nunca hay profesores/as lesbogayers ni padres/madres homosexuales. Se ve que la homosexualidad en España es algo netamente adolescente. Son seres atormentados y poco divertidos. Normalmente sin pluma (la pluma en los institutos televisivos españoles televisivos no entra).

4. La embarazada: Obviamente, no es un protagonista, sino una fase para alguna de las jóvenas protagonistas (es imposible mantener el estatus de embarazada durante más de dos episodios). A pesar de que son series con condones por doquier, siempre hay alguien que se despista. Y, a pesar de que nos lo sabemos de memoria, los guionistas nunca nos ahorran la mítica “Predictor Scene”. En cualquier caso, estas series demuestran que la naturaleza es sabia y que, como todo el mundo sabe, la mayoría de adolescentes acaban sufriendo un aborto espontáneo (peligrosas escaleras…). Así se ahorran la responsabilidad de tomar una decisión y cargar con sus consecuencias, que es una cosa que tampoco nos interesa inculcar a nuestros menores. Está bien el susto para tomar conciencia, pero ya. Tampoco hay que exagerar. De la opción de dar al niño en adopción legal, la ficción española, simplemente, pasa (o no se ha enterado). O abortas o te lo quedas (que alguna sí se lo quedaba). La vida en bicolor.

5. La violada. Porque en esas series siempre acaban violando a alguien. Un divertido pasatiempo puede ser el apostar, en el primer capítulo sobre quién va a ser la violada. Pasatiempo que dura unos 30 segundos: la violada será siempre la ligera de cascos. Los institutos retratados tienen nombres laicos, no hay crucifijos en las paredes, ni clase de religión, pero la violada es siempre la más fresca. Y luego dicen que la moralina vaticana está out. No en los brainstorming de las series españolas, darling. Lo echaron en Física y Química hace un par de episodios, pero como el sintético del vestuario me despista tanto y no logro diferenciar a las niñas de flequillos idénticos, pues no me sé los nombres de los personajes.

Y así podríamos seguir hasta el infinito:
. el empollón
. la maja
. la pobre becada
. el padre comprensivo
. la madre curranta (en Compañeros debían de ir tan justitos de presupuesto que juntaban todo en uno: madre curranta, trabajando como personal no docente, madre de la macarra (Valle), suegra del macarra (Quimi), madre del superdotao, esposa del señor en paro que, más tarde, regentaba el típico bar al que acuden los adolescentes a tomar donuts. Toma ya concentración de tramas y estereotipos. Conchita con la mitad te saca un Greatest Hits),
. el profesor dictador
. el profesor buenrollista,
. los profesores adúlteros (de verdad, ¿tanto se folla en los claustros?)
. las relaciones profesor-estudiante, que, si hacemos caso a las series, es algo que pasa en, aproximadamente, cinco de cada tres institutos. Habría que controlarlo, digo.
. los malos viajes de las drogas. Eso sí, todo el mundo se recupera. Las esquizofrenias y trastornos permanentes de la personalidad, ésos ni mentarlos, que da mal rollo. Volvemos a la filosofía de “no dejemos que las consecuencias de nuestros actos nos estropeen un Happily Ever Alter”.

Y estos estereotipos es cuando la serie va bien. En España las series mueren de aburrimiento. Cuando se acaban los estereotipos, la serie vuelve a empezar (con giros delirantes, como la archiconocida circunstancia de que el que el año anterior era alumno, en el nuevo curso pasa a ser profesor, ríete tú del magisterio CCC), y así hasta el infinito. Con alumnos envueltos en tramas que pueden incluir desde la trata de blancas hasta el tráfico de obras de arte. Porque en los institutos, ya se sabe, pasa de todo. Yo pasé sin pena ni gloria, pero Miriam fue anoréxica, sufrió un accidente que la dejó paralítica por un tiempo, se quedó embarazada de David, se calló por las escaleras, dio a luz prematuramente, vio morir a su hijo, se lió con Iñigo, lo dejó plantado en el altar, se fue a México a rodar una serie y volvió para recuperar a su novio. Como la vida misma.





Ayer y hoy de los books promocionales televisivos... en esto sí hemos mejorado