RESPUESTA
Vamos a ver, guapita de cara, la borde de esa serie era yo.
Sí, sí, no me vengas ahora con que la que está odiosa con el mundo y la que trabaja con anormales eres tú.
Sabes muy bien que ese ha sido mi comportamiento durante años en mi último trabajo, al cual por cierto voy a volver debido a necesidades económicas, tiene gracia la cosa, no?
Bueno, dejando mis rollitos laborales a parte, tú siempre serás un encanto. Hay gente que nacemos para odiar a la humanidad y luego está la gente encantadora como tú, que sonríe y es amable con todo el mundo. No puede ser que el viajecito en ese terrorífico ascensor, con dos pavas-pijas y sus bolsitos de marca, te hagan ser como yo. Piensa que tiene que existir gente como ellas para que nosotras seamos las tías normales y estupendas que somos.
Solución, la próxima vez localiza su mesa y róbales el bolso. Si lo vendemos en el mercadillo seguro que sacamos para algún concierto. Y yo no tendría que volver a ser la pésima y borde camarera de antaño. (Esto es divertidísimo.)
Mejor aún, dí como el Gregorio Antúnez y mándalos a todos ... (cómo era?) A la puta calle, gentuza!
A mí, sinceramente, quien me gustaría ser es Jesus Quesada, el típico tontoguarrillo de la oficina que es feliz sin dar golpe y que suele salir resuelto de toda vicisitud.
Ale, a ser feliz que ya es miércoles y nos vamos el viernes de concierto.
La maru.
1 comentario:
cari,
primero casi me parto imaginándome robando bolsos por la oficina, entonces mis compis si que iban a pensar que soy una kinki, luego casi se me cae la lagrimita con lo de que soy un encanto(qué buen concepto tienes de mí)y para finalizar casi me meo de la emoción pensando en el concierto.
En fin: no nos quea ná, no nos quea ná, que no nos quea ná, no nos quea ná, no nos quea ná
Publicar un comentario