14 febrero 2007

ME ESTOY QUITANDO

Sí, cariños, que lo dejo, que me quito del vicio. De fumar, se entiende, porque otros vicios por aquí no es que se encuentren... A falta de mejores cosas que celebrar el día de San Valentín, he decidido dejar de fumar. Hoy es mi último día con tabaco. He echado cuentas y son más de diez años en los que mi vida ha estado regida por el siguiente cigarro. Hasta hoy.

Sinceramente, me da una pena que me muero. Os explico las conclusiones más importantes extraídas de mis años como fumadora:

  1. La gente que fuma normalmente es más divertida que la no fumadora, aunque las encuestas digan que se mueren antes
  2. En un trabajo, los que realmente cortan el bacalao, fuman
  3. Un cigarrito ayuda a ver las cosas más claras
  4. Algunos de los mejores amigos que he tenido los he hecho fumando
  5. Con el tiempo a mí el tabaco me servía como medicina: que me dolían los ovarios, pues me echaba un cigarrito; que me venía la tos seca por la noche, pues me encendía un pitirrín (funciona, de verdad); que no podía dormir, pues toma nicotina relajante

Ahora debería hacer una lista de conclusiones negativas extraídas de mis años como fumadora pero, excepto el olor de la ropa, economía y salud, ahora mismo no me viene nada a la cabeza. He hecho más amigos fumando que yendo a misa y, curiosamente, sigo siendo católica y me quito de fumar. Que por qué, pues porque el cuerpo me lo pide y creo que antes o después tendré que dejarlo. Y creo que el África profunda, donde el fumar está fatalmente visto socialmente es el sitio ideal para pasar los primeros meses de mono.

Dentro de algunos minutos me fumaré el que espero sea mi último cigarro. Y pensaré en toda la gente increíble que he conocido fumando, en los amigos que me invitaron a un piti cuando lo necesité y en mi madre que será mucho más feliz. Y trataré de hacerme a la idea de que, a partir de ahora, no es que conoceré gente menos divertida, es que yo seré menos divertida. Más sana, pero menos divertida

Y mañana tendré que aprender a vivir sin ver las cosas tan claras. Y a dejar de clasificar a la gente en fumadores o no fumadores. Y a escoger los restaurantes en función únicamente de la carta, y no preguntando antes si se puede fumar o no. Sobre todo, tendré que aprender a vivir sin ponerme metas inmediatas consistentes, básicamente, en un pitirrín.

Si lo pienso bien, me da un cierto acojone. Se me antoja un poco triste, la vida sin tabaco. Estoy por darme al alcohol.

Os dejo, que salgo a fumar.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ánimo güapa... tu lo puedes conseguir... ya se sabe se empieza abandonando la adicción al bisolvon y al desenfriol y el siguiente paso, inevitablemente, es dejar el piti...

Si has de sustituir un vicio por otro te aconsejo que en vez de "tirarte" al alcohol te "tires" a los hombres,jeje, por lo menos haras algo más de ejercicio y es más divertido, jeje.

burbu dijo...

no no si yo no he pensado dejar de fumar. Es kaktus desde ethiopi la que deja el vicio.
Yo con carnaval en tres días, el viña en un mes mas menos, pirineos en unos cuantos más y nochevieja casi a la vuelta de la esquina como que lo veo más que imposible.
En cualquier caso, tu consejo me parece estupén

Anónimo dijo...

Jaja... vaya patinazo, jajaja... yo ya me había hecho ilusiones de ser la siguiente

Anónimo dijo...

Animo guapa que no eres la única. 14 días llevo sin tabaco y no me he muerto a pesar de seguir en el primer mundo de fumadores.
Piensa que la diversión no está en toser, ni en oler a cenicero, ni en los dedos amarillos,... Además siempre podemos seguir bebiendo, no!
Un consejo: déjalo del todo y no recaigas, luego es peor.
Miles de besos pa el áfrica.