Estaba yo el otro día sanamente entretenida en la lectura de un suplemento semanal del ABC (obviamente, el citado periódico no llega hasta estas tierras del África profunda, pero mi tía me los manda. De los paquetes de mi tía os tengo que hablar otro día -qué bonito pareado- porque son lo más). Bueno, pues estaba yo inmersa en la lectura y llegué a una sección donde los propios lectores explican el sentido de dichos populares, expresiones y refranes (toma ya, otro pareado, estoy que me salgo...) Bueno, pues el caso es que yo alguna vez había oído a la madre de Burbuja decirnos tiernamente aquello de “os vais a quedar pa´l poyetón”, pero, aún deduciendo el significado en función del contexto, nunca le había pillado la gracia y pensaba que era una cosa que sólo entendía la madre de Burbuja que, al fin y al cabo, es del Sur. A mí eso del poyetón me sonaba a pollete (banco de piedra, situado normalmente en ambiente rural) y nos veía a las dos -a mí y a Burbuja, que la Maru aún no había entrado en nuestras vidas- subidas en un banco de piedra en Chimillas, esperando marido por los siglos de los siglos, bajándonos del citado pollete sólo para vestir los santos que también nos auguraba la madre de Burbuja. Sin salir de Chimillas..Y resulta de que no. Os lo copypasteo:
‘Poyetona’: ¿es feo llamar así a una mujer?
Dicen así a la solterona enranciada que ya no espera casarse o a la mujer que por haber esperado demasiado se ha quedado para vestir santos; doncella o moza vieja. Es voz propia del habla andaluza; según Antonio Alcalá Venceslada, en su Vocabulario andaluz. Deriva del término ‘poyetón’: lugar imaginario, especie de limbo al que van las solteronas cuando mueren. En una zarzuela del XIX, se pone lo siguiente en boca de una poyetona: “¡Pollitos, pipi, pipi; yo me quisiera casar por no ir al poyetón, que allí se pasa muy mal!”
Chicas!!!! Que tenemos nuestro propio paraíso!!! Para nosotras solas!!! (bueno, y los hombres del paraíso normal que se quieran apuntar, que si no parecerá una lesbian-party).
Lo primero que me vino a la cabeza, sobre todo después de leer esa simpática descripción de “solterona enranciada” fue que la madre de Burbuja es más cruel de lo que parece. Lo de doncella o moza vieja, no sé si las categorías se excluyen entre ellas o no. Me suena que doncella sería la que llega a solterona enranciada sin contactos carnales y moza vieja sería la que se le murió el novio en la guerra, pero que antes de partir a la guerra se había despedido con propiedad de la entonces todavía doncella.
Lo que yo desde luego no sabía es que había un sitio en el Más Allá propiamente reservado para las solteronas muertas. Hija, entre los niños sin bautizar, las solteronas, los perros... El cielo ahora se me aparece como uno de esos edificios de miles de apartamentitos japoneses. Bueno, mejor como una discoteca de varias plantas (la planta de los perros debe ser la caña...)
Lo que absolutamente tenemos que cambiar es eso de que “en el poyetón se pasa muy mal”. Si nosotras vamos a parar allí (existe cierta probabilidad, dado que, al ser un limbo, no debe hacer falta ser ni muy mala, ni muy buena para entrar, y en esos términos medios nos movemos nosotras), en el Poyetón (permitidme, a partir de ahora, escribirlo con mayúscula, porque lo vale) no se pasará “muy mal”. Nos lo pasaremos chicha. Y punto. Vamos, hasta invitaremos a las casadas, para darles envidia. Y a sus maridos. Pero en distintos días.
Lo que me jode un poquitín es que esta cultura nuestra tan europea ha previsto todo para las “solteronas enranciadas”, y no habla en ningún momento de los hombres que se hayan quedado solteros y rancios, que también los habrá, digo yo. Ah!, ahora caigo, que ellos ya tienen su limbo. Se llama puticlub. Pero a ellos no les hacen coplillas en las zarzuelas del siglo XIX. Bueno, mirémoslo por el lado positivo. Nosotras, al menos, tenemos planes de futuro. Después de morirnos, a revivir al Poyetón. Nos vemos allí.