07 septiembre 2006

Retrato de una Maruja

Hola soy la Maru, y así me presentaré siempre que os escriba.
La gente pasa parte de su adolescencia intentando separarse de las conductas de los padres para adquirir las suyas propias. Pero cuando llega el día de la dolorosa separación del hogar familiar, te das cuenta de que te pareces más de lo que quisieras a tus progenitores. Y pa colmo, muchos de tus amigos, ya te han dado una nueva identidad: la maruja del grupo.
Claro está, vives en un pisito mucho menos acondicionado que el de tus padres, con mucho menos dinero del que disponen ellos, y probablemente más estresado.
Yo empiezo a creer que soy maruja desde, aproximadamente, los 3 años. Me fundamento en que, ya por esa época, aparezco posando en alguna fotografía con bolso y abanico. El bolso es algo indispensable en la vida de una maruja y el abanico es el instrumento más útil que se puede llevar dentro del bolso. Que vas a los toros: abanico, Que estas de copas y se estropea el aire acojonado: abanico, Que te asalta un indeseable en el rellano de casa: vas tú y le arreas con el abanico.
Pero lo realmente importante en mi vida de maruja son: las amigas, los ligues y la tortilla de patata.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Ole, ole y ole!!
Nunca antes me había planteado el abanico como arma arrojadiza, pero mu bien pensado.
Pasarán a considerarse armas blancas y a venderse en armerias y mercadillos de domingo?
Nos permitirán subirlos a los aviones? A ver cómo le explicas a un tipo de las aduanas americanas, sí, éstos que han ascendido de la categoria armario de dos puertas a la de vestidor de 3 metros cuadrados, que es algo tipical spanish y que su uso es pá darte aire, que no llegas al pais con la intención de atentar contra el presidente...