19 septiembre 2006

Desde Kaktus con amor

Pues nada, cariños, Ardid, a partir de ahora Kaktus (así soy, yo, macarra) está ya en el África.

El viaje en sí, bastante bien. Salvo que Heathrow se ha convertido en una prisión de máxima seguridad y, yo no sé por qué, al cabo de un rato como que no puedes quitarte la sensación de encima de que realmente llevas un condón con coca en el culo. No sé, te miran tanto, te registran tanto, que te da por pensar “algo habré hecho” (esto es un remanente de la pedagogía de la EGB, junto con el “dos ni riñen si uno no quiere” y todas esas sentencias que te dejan un sentimiento de culpa incrustao de por vida).

En el avión nos pusieron la película del milenio. Yo, cuando abrí el catálogo, como siempre, había varias opciones, entre las que estaban “Volver” y “La Doncella del Agua” o cómo se llame (la que no nos dio tiempo de ir a ver en un mes). Bueno, yo, como me conozco las compañías aéreas, ya no me hice muchas ilusiones, gracias a Dios, porque nos pusieron “El Nacho”, que es una de Jack Black haciendo de esos de la lucha libre mexicanos que se visten con máscaras y mayas con calzoncillos encima, tipo Supermán. La película, súper cutre. Siempre es así. Según el catálogo que abres cuando te sientas en el avión, la pantalla del mismo está a punto de transformarse en la sucursal de la Mostra de Venecia. Luego, te cascan o una de Drew Barrymore (de verdad, he visto ya tres películas de la susodicha en aviones y dos en el autobús. Se ve que su campo de promoción son los medios de transporte) o una de arte y ensayo libanés que, curiosamente, no triunfó en ningún festival. Normalmente, esta última te la ponen en libanés y sin subtítulos. Pá que la disfrutes.

Ayer, después de la de El Nacho metieron una que se llamaban Poseidón, de un trasatlántico de lujo que se hundía. No se salvaba ni un pobre, aunque si había un grupo high class que conseguía salir con vida tras verse radicalmente mermado por las adversidades de todos los colores que iban consiguiendo superar. En cualquier caso, la vi poco apropiada porque yo trasatlánticos que se hunden y aviones que se estrellan, como que los meto en el mismo cajón, y allí iba yo, con el avión que temblaba más que las manos de María Jiménez ante un desabastecimiento de vodka, como con un poco de ansiedad (esa es otra, creo que nos tragamos todas las tormentas del mundo).

Pues nada, cariños, que ya estoy aquí. Burbuja, te llamo el fin de semana. Maru (ésta es tan rebelde, tan rebelde, que no acepta el nick. Ahí tus huevos) pásatelo teta en Chepilandia.

P.D: El Blog se baja bien, pero el administrador es un coñazo. No sé cuánto podré escribir…


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola chiqui! Me alegro de que llegaras sana y salva a tu destino, aunque hubiera preferido que toda esa porquería de cinematografía te la hubieras tragado en un autobús con trayectos españoles en lugar de irte tan lejos. Aunque veo que la altitud y los controles aeroportuarios no te han hecho perder el humor. UN MILLON DE BESICOS.

Anónimo dijo...

Lo mismo de mi parte y obre la pd lo que ya te he dicho. NO vale como excusa. A escribir que tocan y ademas intenta mantenerte ne contacto rápido por los comentarios como la maru, anda (que me da a mi que esto no lo vas leer pero bueno)