QUE ALGUIEN ME QUITE LAS AGUJAS

Sólo puedo pensar en la magia negra, que alguien debe estar utilizando contra mí, para dar explicación a que sufra tantas dolencias en víspera de fiestas.
Me duele la garganta, tengo la nariz como un bebedero de patos y un dolor más rico que me ocasiona la muela del juicio… más de treinta años sin empujar (la muela) y tiéqueser ahora.
Que digo yo, con la cantidad de meses que hay, ¿tiene que ser todo a la vez esta misma semana?
Vamos que me veo en la cama escuchando el chupinazo (esto tampoco estaría nada mal, eh!. Pero claro, con sábanas blancas y en lugar de un caldito y cienes de kleenes... )
Y diréis, mejor esta semana que la que viene! Sí, claro, pero es que tengo que hacer todos los preparativos para las fiestas; buscar las pañoletas (más bien reemplazarlas, porque a saber cómo y dónde acabaron el año pasado), dejarme comida hecha porque, en mi casa, nunca sabes con quien vas a llegar a cenar, ni cuanta gente se auto-invitará, o lo que es peor, cuántos se quedarán…así que mejor tener provisiones, sábanas y toallas limpias y, nunca va mal, algún colchón de sobra.
Y encima esta noche tengo cena y hay concierto en General Alsina.
No se hable más. Frenadol en mano e ibuprofeno preparado. Para que luego digan que no se puede tomar drogas en el horario de trabajo. Vamos que, el reconocimiento de la empresa este año, no lo voy a pasar por dopaje.
Que para qué os cuento todo esto? Porque me da la gana. A ver si una, encima de estar enferma, no se lo va a poder contar a nadie. Que de todos es sabido que, los males compartidos son los mismos pero, por lo menos, consigues que alguien te escuche un rato hablar de ello. Y no veas lo bien que te quedas.
Hombre ya! Un poquito de por favor!