24 marzo 2008

RECORDANDO OTROS TIEMPOS VI

Con este frío ya estoy pensando en el verano. Los veranos de mi infancia sí que eran emocionantes.

Llegabas al pueblo cuando eras una cría y tu abuela te decía, tira a jugar con las otras niñas y hazte amiga de ellas. Tú no las habías visto nunca pero ni te lo planteabas. Llegabas donde estaban jugando y les preguntabas, se puede jugar? Y desde ese momento, amigas para toda la vida. Con el tiempo unas te caían mejor que otras pero ninguna ponía en duda la amistad que nos profesábamos.

Una de mis amigas de toda la vida se llamaba Marga. Ella vivía todo el año en el pueblo y todas la considerábamos una afortunada. Conocía a todo el mundo, sabia los mejores sitios para ir al rió sin ser atacadas por las aguadillas de los chicos, conocía todos los caminos y acequias de los alrededores, … Era la líder y todas la obedecíamos gustosamente.


Su vida estaba llena de actividades y nos dejaba participar. Por la mañana subíamos juntas a la panadería de su tía y repartíamos el pan por las casas de pueblo. Lo llevábamos en unas bolsas hechas de sacos de harina y gritábamos en los patios de las casas: El Pannnnnn! Algunas abuelillas nos daban alguna peseta de propina para golosinas. 5 moras de peseta y 3 Lacasitos. Aún lo recuerdo, los ChupaChups valían 3 pesetas y los Flas 15.
Por la tarde después del río y la merienda, a base de bocadillos de chorizo, iba a dar de comer a las dos vacas que tenia su familia y yo la acompañaba. Dar de comer a esas dos cabezas inmensas que se asomaban por encima de la puerta de madera del cobertizo, era y es, lo mas emocionante y arriesgado que hecho en mi vida. Bueno, eso e ir de despedida de soltera. Daba un miedo…
Luego su padre nos llenaba unas lecheras que cargábamos con mucho cuidado de no derramarlas. Con una jarra de litro volvíamos a recorrer el pueblo para servir leche a la gente que se la compraba. A veces, nos equivocábamos de casa y salía algún abuelo con la gallata a espantarnos, diciendo, no quiero leche andar a la calle.



Y las noches eran lo mejor. Todo el pueblo era para nosotros. El pueblo era tan pequeño que todos los críos y no tan críos, jugábamos al escondite sin establecer límites de territorio. Horas y horas escondidos y siendo perseguidos. Aunque luego me enteré que, mientras unos jugábamos al escondite, los más mayores se escondían para jugar a otras cosas.

Y así todos los veranos hasta casi la veintena de edad.

El verano pasado volví a ver a Marga. Hacia que no nos veíamos un matrimonio y dos niñas, de 2 y 5 años. (Suyas, claro está). Una barbaridad de tiempo. La miré, le pregunté si se podía jugar, nos reímos y me di cuenta de que todo seguía siendo como antes.


11 comentarios:

HombreRevenido dijo...

Ey, el escondite en el pueblo era lo mejor de lo mejor en las noches de verano. Y hablo de la versión casta, que yo era (soy) muy inocente.

Menudo ajetreo de mañana, ni Heidi.

Dina dijo...

Jooooooooo, que envidia me das... yo jamás pude disfrutar de unas vacaciones en el pueblo... nosotros eramos pobres y no teniamos pueblo "ande" ir.

En mi próxima vida me pido una familia que lleve incluido, en el lote, un pueblo para el veranito.

Anónimo dijo...

Muy buena historia. ¿Puedes mencionar el pueblo, sólo por una cuestión folklórica?

la maru dijo...

Hombrerevenido, como puedes ver no todo era diversión. Aunque estoy contigo. Jugar por la noche a balón prisionero, a los pañuelos o al escondite, era lo mejor del día.

Dina, si veraneábamos en el pueblo era precisamente por eso, porque éramos pobres.

anónimo, la identidad del pueblo no la puedo decir. Zona de Calatayud... y hasta aquí puedo leer.

Serjuzu dijo...

Dios, tu pueblo esta en la zona de mi aldea!!!!

ya decía que me resultaba familiar esa estampa, jejeje

Como me gustaría que de adultos siguiese funcionando el "¿se puede?"

Zeivia dijo...

Hemos tenido la suerte de conocer ese tipo de vida, sabes? Tanto en mi querido Eriste, como en mi amada Huesca, he tenido el placer de conocer los tiempos en los que los niños sabiamos jugar y entretenernos con distintos tipos de juegos divertidos (y pacificos) donde todo aquel que dijera: "se puede?" era bienvenido.

En verano iba todas las tardes al parque (estoy hablando de hace unos 16 o 17 años). Cada día jugaba con un grupo distinto de niños desconocidos con los que terminabamos haciendonos amigos.

Dulce ventana de la nostalgia... felices dias de antaño en los que la imaginación y la inocencia eran nuestran principales virtudes.

Besitos Maru.
Y para vosotras también, Kaktus y Burbu.

Duende dijo...

En la serranía abulense la estampa era muy similar, incluso todavía los niños de esta generación disfrutan de los mismos juegos... eso si, han perdido picardía y tienen la tentación en casa (psp, play station, nintendo ds, wii...)

burbu dijo...

Lo de las vacas emocionante puede ser; arriesgado? fijo que no. Una alma de aventurera, como tú!!! amos!!

la maru dijo...

Serjuzu era la mejor forma de entrarle a alguién, no te parece. Deberíamos ponerlo de moda. jajaja

JavierCidestoy de acuerdo contigo en que somos afortunados en haber nacido en el siglo pasado. Aunque ahora no hubieramos tenido esa explotación infantil. Eso sí seríamos unos moñas.

Duende, es lo que tienen los pueblos de ahora, que no habrá tiendas pero tecnología punta...

Burbu, nunca subestimes la dentadura de un rumiante con la cabeza más grande que hayas visto en tu vida a unos centímetros de tu brazo. Ah y yo no soy tan aventurera como dices... (o igual sí).

Pitxi dijo...

Explotación infantil matutina!!!!, y por un duro o dos, y ahora te quejas del funcionariado, jejeje, es broma

la verdad es que los años en el pueblo son de los que mejor recuerdo tengo con decirte que mis vacaciones elegiamos entre Mallorca y el pueblo y salia siempre el pueblo sin duda!!

la maru dijo...

PITXI, anonadada me hallo. Mayorca o el pueblo? Donde está tu pueblo? Seguro que tiene playa.