Entre hierros anda el juego.
Yo puedo aceptar y acepto, sin ofender y por ello, no voy a generalizar, que algunas de nosotras, las Tías, no tenemos ni idea de movernos con soltura en una ferretería. No nos acompaña ni el hecho de plantarnos con bolso y tacones en el pasillo de fontanería, ni el hecho de lanzar una opinión como “mira que son cucos…” cuando queremos referirnos a unos simples alicates.
Pero, a pesar de que nuestra condición e imagen no están hechas para andarnos entre maderas, tornillos y llaves grifa, y aunque la única noción que tenemos de la silicona, es aquella que nos brindan las páginas de belleza de la Cosmopolitan, la vida, a veces, nos enfrenta a duelos, como tener que adquirir algo en uno de estos curiosos y desordenados establecimientos.
El dilema está en qué artículo exactamente tienes que comprar. Porque en la descripción del mismo, surgen palabras como macho-hembrao, tornillo encofrao de doble tuerca, y similares. Y no servirá cualquier otro. Tiene que ser ese.
La cuestión es que, el otro día recibí un mail que hace posible que os escriba este post. Me pedían que fuera hacer un encargo que consistía en lo siguiente:
…ves a la ferretería, a ver si te pueden dar unos con más fondo, porque los alargos que nos dio son muy largos. Y si no, mira a ver si tiene unos alargos que sean excéntricos igual, pero más cortos. Para que tape el embellecedor….
Tras leer el texto e intentar no revolcarme por el suelo de la risa, puesto que mis compañeros de la oficina no iban a entender tanto alboroto a las 8.30 de la mañana, contesté lo siguiente:
…No he entendido muy bien eso de los alargos y excéntricos. Pero ya preguntaré a algún encargado de la tienda. Y de paso le diré también que el grifo si puede ser que sea un poco incrédulo y agnóstico que así, encajará mejor con las ilusas de las baldosas. Y tranqui, que le pediré otros embellecedores que sean bonitos para que no haya que taparlos, y con más fondo, para que me embellezcan más todavía, jajaja. Te dejo que no puedo seguir, jajaja. Besos y abrazos.
Pero ahí no queda la cosa. Cuando me hallo en la ferretería le enseño una muestra del hierrito que necesitaba a la tipa de la tienda, una señora muy educada y muy puesta –en clavos, tubos y demás metralla- y me contesta con un – Bueno, lo que necesitas son un juego de excéntricas más corto.
Tóma ya!
Por dios, qué risas.
Agradecimientos: Tengo que agradecer la inspiración al remitente del mail, mi fontanero fiel, que mantendré en el anonimato para salvaguardar nuestra dignidad -la de ambos, sí-.
Gracias Tú!
Pero, a pesar de que nuestra condición e imagen no están hechas para andarnos entre maderas, tornillos y llaves grifa, y aunque la única noción que tenemos de la silicona, es aquella que nos brindan las páginas de belleza de la Cosmopolitan, la vida, a veces, nos enfrenta a duelos, como tener que adquirir algo en uno de estos curiosos y desordenados establecimientos.
El dilema está en qué artículo exactamente tienes que comprar. Porque en la descripción del mismo, surgen palabras como macho-hembrao, tornillo encofrao de doble tuerca, y similares. Y no servirá cualquier otro. Tiene que ser ese.
La cuestión es que, el otro día recibí un mail que hace posible que os escriba este post. Me pedían que fuera hacer un encargo que consistía en lo siguiente:
…ves a la ferretería, a ver si te pueden dar unos con más fondo, porque los alargos que nos dio son muy largos. Y si no, mira a ver si tiene unos alargos que sean excéntricos igual, pero más cortos. Para que tape el embellecedor….
Tras leer el texto e intentar no revolcarme por el suelo de la risa, puesto que mis compañeros de la oficina no iban a entender tanto alboroto a las 8.30 de la mañana, contesté lo siguiente:
…No he entendido muy bien eso de los alargos y excéntricos. Pero ya preguntaré a algún encargado de la tienda. Y de paso le diré también que el grifo si puede ser que sea un poco incrédulo y agnóstico que así, encajará mejor con las ilusas de las baldosas. Y tranqui, que le pediré otros embellecedores que sean bonitos para que no haya que taparlos, y con más fondo, para que me embellezcan más todavía, jajaja. Te dejo que no puedo seguir, jajaja. Besos y abrazos.
Pero ahí no queda la cosa. Cuando me hallo en la ferretería le enseño una muestra del hierrito que necesitaba a la tipa de la tienda, una señora muy educada y muy puesta –en clavos, tubos y demás metralla- y me contesta con un – Bueno, lo que necesitas son un juego de excéntricas más corto.
Tóma ya!
Por dios, qué risas.
Agradecimientos: Tengo que agradecer la inspiración al remitente del mail, mi fontanero fiel, que mantendré en el anonimato para salvaguardar nuestra dignidad -la de ambos, sí-.
Gracias Tú!
9 comentarios:
Uuuuuuuuuy, el mundo de la ferretería es maravilloso... amos, si me dejan suelta en una de ellas me puedo pegar días y días "regorviendo"... ains, a ver cuando tengo que arreglar algo pa hacerme una pequeña excursión
Plas, plas, plas.
Mas matao.
bsins
Dina, la próxima vez te invito a venir conmigo. Incluso podrás regorver lo que quieas.
Burbu, te entiendo perfectamente, yo también me quedé muerta cuando resultó que se llamaban así. jajaja
A mí cuando entro en una ferretería me pasa como cuando llevo el coche al taller; que mi ignorancia me hace sentir pequeñiiiita pequeñiiiita.
Y otra cosa: cuando entras a una ferretería y les enseñas una tuerca del tamaño de un guisante y el/la dependienta se da media vuelta, sigue recto 10 metros de pasillo, gira a la derecha, luego a la izquierda y del tercer estante saca una cajita con un montón de tuercas iguales que la que le has enseñado...a mí me dan ganas de preguntarle: ¿las tuercas tienen GPS o tu mucho olfato?
jajaja, EmpanadillaPerdida, tienes toda la razón del mundo.
O los dependientes son unos sabuesos de miedo, o han nacido dentro de la ferretería donde trabajan. Porque ni yo, en mi casa de toda la vida, sé encontrar algo con tanta eficiencia.
Hola, me ha hecho mucha gracia tu escrito. Pero yo que soy bastante manitas, cuando voy a la ferretería se me acerca algún enteradillo, yo le explico lo que quiero y no veas el listillo como me mira como si yo fuese un extraterrestre. Claro soy mujer y mayorrrrrrr .Creen que a esta edad solo sabemos cocinar y hacer ganchillo.
Un saludo
Josefina, te adoro. Es un tema que tengo pendiente.
Me alegro mucho de no haber generalizado, sabía que existían féminas aptas para este tipo de tareas. Bienvenida.
juajuajua!!!
Lo he vuelto a leer y me he reído un rato largo!
Besicos!
Carlos
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