Toma aliento!
Respira.
Coge lenta y profundamente el aire por la nariz, y expúlsalo despacio y suavemente por la boca.
Nota como se hincha primero el abdomen y después la caja torácica. Te estás refrescando por fuera y por dentro. Te estás oxigenando y tu cuerpo te lo agradece.
Coge lenta y profundamente el aire por la nariz, y expúlsalo despacio y suavemente por la boca.
Nota como se hincha primero el abdomen y después la caja torácica. Te estás refrescando por fuera y por dentro. Te estás oxigenando y tu cuerpo te lo agradece.
Ahora imagina que te encuentras en este lugar, a 2.206 metros de altitud, con el ibón y el pico de Anayet a tus pies. Y vuelve a respirar.
Tras una caminata de tres horas el cuerpo está exhausto y la mente relajada. Es el yin y el yang. Una dualidad que nos hace sentir maravillosamente bien.
Y, sabes lo mejor? Es gratis! Y las vistas son acojonantes! jaja
2 comentarios:
no es por ofender, pero prefiero seguir con mis drogas legales de la ss... te tomas una y viajas y viajas y viajas, no sabes donde empieza tu yin y donde acaba tu yan y cuando vienen esas faltas de aire pues un orfidal y a tranquilizarse de nuevo jajajaja
bonitas vistas
McGrau, yo no sé si será el exceso de oxigeno o la altitud, pero me dió un subidón de adrenalina cuando llegué al destino, que tengo miedo a engancharme a esto de las alturas.
Mejórate!
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