YO FUI AL FAMA

Os contaré un secreto, este sábado estuve en el bar de moda, el Fama.

Para aquellos que no lo conozcáis, el antiguo Quijote, para los que no lo conozcáis, enhorabuena habéis superado el test de inteligencia y para aquellos que os creéis inteligentes y habéis estado, básicamente reve y duende, os diré una cosa: la curiosidad mató al gato.

Todo empezó con un sms de duende que decía " estamos en el fama, la perdición. si cambiamos de sitio, te aviso". Yo como estaba a 40 km de Huesca, eran la 1 de la madrugada y había niebla sin talento me dije, bueno burbu, tranqui que para cuando llegues ya han llegado al Cubitos.

Y eso mismo me seguía diciendo mientras subía por la calle goya pero nunca llegó ese segundo sms y ensimismada en mis esperanzas llegué a la puerta de un bar que hacía tantos años que no entraba como años que no juego al duro a las 6 de la tarde, básicamente, pocos menos de los que llevo con la regla. Y para que os hagáis una idea, no sólo me ha dado tiempo de pasar por una operación de ovarios sino que podría irme a cenar con mi gine y tener tema de conversación toda la noche.

Bueno, a lo que iba. Llegué a la puerta y empecé a oír el sonido atronador del bar, que curiosamente tenía un estilo peculiar. Peculiar en estas fechas del año, porque en san lorenzo os vais a las peñas y vamos, la misma música.

Pero a pesar de que la música era, y cito una frase de kaktus, como para ofrecerse a hacerle pajas al DJ si a cambio le cortaban las manos, eso no fue lo peor del bar.

Lo peor fueron los baños. No, no estaban rotos ni sucios (dentro de los estándares que consideras en un bar de copas) sino que estaban más animados que el People en sus mejores tiempos. En el de chicos habría como una decena de personas en el de chicas, cuando entré dos dentro y dos fuera. Mi primer pensamiento fue, mierda y yo sin una tía que me acompañe pero viendo el tamaño pues bueno una ya es mayor y ha aprendido a ir solita.

Además lo bueno de estos baños tan concurridos es que aunque vayas sola siempre tienes algo que entretenerte la espera. Como por ejemplo que entren dos adolescentes (que en el DNI pondría menos 16 pero en la cara ponía un no me merezco un carnet joven) corriendo que pensé que me estampaban contra el espejo y gritando algo de que no les habían pedido el DNI o que no lo habían mirado bien, o lo que yo entendí y que a mi me extrañó porque yo pensaba que esto sólo pasaba en Sensa, que llevaban un DNI falso. No hablaré de las pintas de fulanas horteras de las niñas porque pareceré una vieja revenía, pero en serio, con menos sombra de ojos me pinto yo el cuarto (a doble capa).

Al salir las chicas (dos) que vinieron detrás mio se habían multiplicado y habían pasado a ser unas ocho. De las cuales una estaba sosteniendo la frente de la amiga (como quien se apoya en una pared para pasar el tiempo) mientras ésta última se había vomitado en los pies.

En ese momento recordé porque no había vuelto a entrar en ese sitio en los últimos 12 años de mi vida.

Al salir, gracias al cielo, me dijeron que nos íbamos. Para dar el último toque fashion al shock que me había producido estar ahí 10 minutos, encontré lo mejor de todo el bar un cartel de Miss y Mister Fin de Semana. Ahí es nada, además de música del año la tana, baños con ambiente, y el placer de subir la media de edad en un bar en 5 años, te ofrecen la posibilidad de ser rey/reina no por un día sino de sábado a viernes. Mi gran pregunta era, ¿En Navidad harían un concurso de camisetas mojadas?

¿Que cómo salimos? Yo bien, gracias. A Duende en cambio, que llevaba más tiempo dentro, le había poseído el espíritu del bar y se había llevado el botellín de cerveza escondido en el abrigo porque era mía y casi no me había dado a echar dos tragos.
No os preocupéis, se le pasó pronto. Eso sí le he prohibido volver a entrar al antro, al menos si luego va a quedar conmigo ahí.