EXTRAÑA ANATOMÍA
Unas pequeñas dolencias en la espalda me hicieron sospechar que quizás un aumento de peso podía ser la consecuencia. No es que hubiera ganado peso corporal si no peso “bolsal”.
El “bolsal” o “bolso” es ese miembro extraño y ajeno al cuerpo humano que cuelga, como una planta parasitaria, del hombro de las féminas y su largura puede variar, hasta alcanzar la cadera o incluso, se han visto especimenes que llegan a la altura de la rodilla. Su forma, color y tamaño puede variar.
Este miembro viene a suplir en las humanas la ausencia de bolsa marsupial, aunque nunca se ha visto que fuera utilizado para cargar bebés. Su utilidad viene a ser acarrear con pequeños artículos, que no suelen ser usados con frecuencia, y de los que una no puede desprenderse fácilmente a pesar de su inutilidad.
Tal es el peso que puede llegar a alcanzar que ocasiona desviaciones de columna vertebral, pérdida de sensibilidad en el brazo o estrangulamiento del hombro.
Su contenido en un principio suele basarse en: monedero, gafas y pañuelos. Claro que su amplitud hace que quepan muchas cosas más que irán añadiéndose con el transcurso del tiempo.
Decidida a vaciar el contenido “bolsal” encuentro cosas tales como: una bola de papel albal del último bocadillo (quizá esté ahí desde el instituto), cuatro pilas (de casette), dos bolígrafos, un chupachups, un recordatorio de la comunión (de la mía, no, gracias a dios), una camiseta de alguna fiesta de L-43 (aunque nunca he bebido tal cosa), maquillaje (agotado, claro), un bote de tipex (agotado, también), un carmín (rojo putón, de carnavales), una cajetilla de tabaco (vacía), catorce tampones (cantidad inmunda que nunca llegaré a utilizar en un mismo día), un objeto no identificado con forma ovalada (aunque no volador, probablemente sea un profiláctico de 1996, cuya marca ha desaparecido), un puro ( espero que sea de la última boda), una canica y dos Tazzos (que no sé como llegaron ahí, puesto que mi último contacto con niños fue cuando comulgó mi hermano pequeño, que actualmente, ronda los 30).
Lo dicho, una cantidad de objetos inútiles, obsoletos o absurdos, que debido a la existencia del bolso, nos acompañarán el resto de nuestra vida.
El “bolsal” o “bolso” es ese miembro extraño y ajeno al cuerpo humano que cuelga, como una planta parasitaria, del hombro de las féminas y su largura puede variar, hasta alcanzar la cadera o incluso, se han visto especimenes que llegan a la altura de la rodilla. Su forma, color y tamaño puede variar.
Este miembro viene a suplir en las humanas la ausencia de bolsa marsupial, aunque nunca se ha visto que fuera utilizado para cargar bebés. Su utilidad viene a ser acarrear con pequeños artículos, que no suelen ser usados con frecuencia, y de los que una no puede desprenderse fácilmente a pesar de su inutilidad.
Tal es el peso que puede llegar a alcanzar que ocasiona desviaciones de columna vertebral, pérdida de sensibilidad en el brazo o estrangulamiento del hombro.
Su contenido en un principio suele basarse en: monedero, gafas y pañuelos. Claro que su amplitud hace que quepan muchas cosas más que irán añadiéndose con el transcurso del tiempo.
Decidida a vaciar el contenido “bolsal” encuentro cosas tales como: una bola de papel albal del último bocadillo (quizá esté ahí desde el instituto), cuatro pilas (de casette), dos bolígrafos, un chupachups, un recordatorio de la comunión (de la mía, no, gracias a dios), una camiseta de alguna fiesta de L-43 (aunque nunca he bebido tal cosa), maquillaje (agotado, claro), un bote de tipex (agotado, también), un carmín (rojo putón, de carnavales), una cajetilla de tabaco (vacía), catorce tampones (cantidad inmunda que nunca llegaré a utilizar en un mismo día), un objeto no identificado con forma ovalada (aunque no volador, probablemente sea un profiláctico de 1996, cuya marca ha desaparecido), un puro ( espero que sea de la última boda), una canica y dos Tazzos (que no sé como llegaron ahí, puesto que mi último contacto con niños fue cuando comulgó mi hermano pequeño, que actualmente, ronda los 30).
Lo dicho, una cantidad de objetos inútiles, obsoletos o absurdos, que debido a la existencia del bolso, nos acompañarán el resto de nuestra vida.
16 comentarios:
14 tampones!!
Si ese es el bolso de salir de marcha, podemos jugar con ellos a huntar en los tapones de Vodka, eh?
Que puede ser MUY cuqui.
Y cuando digo muy cuqui quiero decir TOPE cuqui.
Peibols, Esto qué es, un nuevo cóctel: tampones de vodka? ajjjjjj que asquito más cuqui.
Dios, asustadico me has dejado. Espero no encontrarme jamás con uno de estos especimenes. Empizan comiendo tampones, profilácticos del 96, camisetas, pilas y demás y terminan devorando seres humanos.
Extraordinario post Maru, me he reído un montón.
Vale, vale... eso es lo que se puede confesar... ¿y todo lo que no es confesable?... de eso no vas a decir na.
DANI, tengo que reconocer que a veces me da miedo rebuscar en el bolso por si me agarran la mano...buhhhhhhh que miedo!jajaja
DINA, q´ es lo no confesable? yo todo lo que llevo en el bolso lo puedo enseñar... aunque no debería
El bolso de una mujar "ese gran desconocido" para nosotros, que cuando lo vemos decimos, ¿de verdad necesitas un bolso tan grande? la respuesta es : si claro lo llevo por si acaso, pero en muchos casos es por si acaso hay un olocausto nuclear por que el 80% del contenido de un bolso, vuelve al lugar de donde partio, sin haber visto la luz.
Ostras Karlos, no había pensado en eso, tengo que meter en el bolso la máscara antigas por el porsiacaso...jajaja Totalmente de acuerdo contigo.
Cierto que hay bolsos en los que se podrian realizar estudios arqueologicos hallando piezas de gran valor (o no). Luego esta la segunda parte, cuando te dicen que busques algo en el bolso y no hay forma de que aparezca entre tanta parafernalia pero cuando es la dueña del bolso la que mete la mano para buscar con asombrosa habilidad de prestidigitadora saca lo que sea que fuere que te mando a buscar (en algunos casos incluso hasta un conejo puede salir del bolso).
Un saludo.
Amanoth, eso de encontrar al tacto es puro entrenamiento... horas y horas buscando las llaves a tientas un sábado de madruga, por ejemplo.
Amanoth, un conejo? pero estós no salían del sombrero? como sea, la cuestión es que llevas razón. Nunca se encuentra nada de lo que buscas en un bolso a la primera.
Cosas mas raras que un conejo he visto salir de un bolso... y hasta aqui puedo leer. :D
Ahy Dios! No leas más, Amanoth.
Yo estoy preocupaó.... la descripción del bolso de Maru se parece bastante a las cosas que llevo yo en el mio..... aunque creo que en cantidad llevo yo más..
Añade un botellín de agua, un paquete de chicles, recibos del cajero desde 1992 y recibos de tarjeta desde un mes después, ... uff la lista es interminable.
Muy bueno!!
Que no se nos olvide las farmacias ambulantes. Aun no se como la Bayer no te regala un bolso con cada cajita, la de dinero que han amasado con los millones de aspirinas jamas usadas que habitan en las profundidades de los bolsos.
Eso si, cuando tienes un día de perros y la cabeza parece que te va a estallar agradeces tener uno cerca.
Carburo tú siempre más, cómo no. Ya me imagino que llevas un bolso de esos con ruedecillas tipo maleta.
Burbu, es verdad! cientos de comprobantes del cajero automático, alguna factura del teléfono,...qué se yo la cantidad de porquería que cabe en ese agujero negro. jajaja
Pistols, puede que las drogas legales del fondo de los bolsos sea lo único provechoso y útil.
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