DE COMPRAS

Me encanta el barrio en el que vivo. Me parece increible estar en pleno centro y a la vez poder comprar en el mercado, que los camareros del bar de abajo en que me vean ya me preparen el cafe con la leche templada y que vayas a una tienda y te metan en la conversación como si tu madre te hubiera parido en ese mismo portal y la de la tienda hubiera ayudado en el parto.

Hoy he ido a una tienda a comprar un regalo para el día de la mae (si ya se que lo invento el Corte Inglés y que si regalo algo que sea hecho por mi, pero si yo regalo algo hecho por mí, mi regalo va a ser peor que el de mi sobri) y mientras cotilleaba por la tienda ha llegado una señora y se ha puesto a hablar con la dueña.

En que me he acercado a pagar, han tardado 2 segundos en meterme en la conversación. He llegado en el momento exacto en que la dueña le decía "sí, todo sigue igual, los hombres son iguales pero las mujeres ya no aguantan como antes". Yo ahí he agachado mi cabeza, al fin y al cabo, tengo yo una historia como para dar mi opinión sobre ese tema, total pa decir pues sí señora pa ostias estamos ahora!!.

Al parecer, la señora que era gitana (pero de barrio bueno, como luego me ha comentado la dueña mientras acabábamos de envolver el regalo entre las dos) tenía dos hijas, una casada con un payo que había sido poco menos que desheredada por casarse con un payo y otra casada con un gitano que, aunque tenía carrera ¡fíjate!, la traía por la calle de la amargura, con decirte que se la llevó a Australia embarazada de 7 meses por no dejarla con sus padres. Que ahí he pensado a mi a Australia me pueden llevar hasta en mitad de un parto si me pones.

La conversación ha pasado de los maltratadores a los celosos por que oye, la dueña si algo no soporta es los celosos. Mira tú que tiene una hija con un novio inglés que no habla español, y ella no habla inglés, pero el chico ya sabe que no le gusta que sea celoso con su hija. Y ya le ha dicho (no se muy bien cómo) que como haga alguna tonteria le invita a cenar... Setas y luego ay!! estábamos comiendo y se murió. Que me ha recordado a mi sobri cuando con toda su cara tiraba las cosas al suelo delante tuyo, te miraba y sin ningún tipo de vergüenza te decía "Se ha caido" y se quedaba tan pancho como si el trasto en ceustión no hubiera aterrizado sobre tu dedo meñique descalzo.

Porque además los celos son como la envidia, que sólo hacen daño a los que tienes cerca (ahí no he podido sino darle la razón). Son como si ella de todo el que entrara pensara que le iba a robar. Yo, mientras decía esto, estaba recogiendo del suelo todos los trastos con los que lo había sembrado (bolso, casco y bolsa de la comida) y de repente de la bolsa de la comida, que era de papel, y se había mojado el fondo, se me ha caído el cuchillo. No uno cualquiera, sino uno de los de sierra de Ikea que son capaces de atravesarte la yugular. En un rápido movimiento he recogido el cuchillo, lo he metido en el bolso tratando que no se viera y he lanzado la tarjeta al mostrador, todo en un mismo movimiento, no fueran a pensar que era un ladrona, porque oye una será muchas cosas, que lo es, pero ladrona? amos hombre! hasta ahí podíamos llegar.

Al final no me explico cómo pero la dueña me ha obligado a decir que yo me acostaba con quien me daba la gana y que claro que hay que tener más ojo. En ese instante he visto que llegaba MI MOMENTO, así en mayúsculas, el de empezar a despotricar sobre bodas pero entonces ya habíamos acabado de envolver el regalo y ya estaba todo hecho así que he cogido mis cosas y me he ido a mi casa.