RECORDANDO OTROS TIEMPOS III
¿Os acordáis de esto?
Otro momento especialmente delicado que tengo atascado en la memoria es el de “Las notas”. El momento de recibir las notas era el peor de todos.
Yo era buena estudiante en el cole. No suspendí nada hasta que llegué a la universidad. Claro que de niña ni salía por ahí ni bebía copas hasta la madrugada. En cambio mis hermanos eran unos fichajes.
Cuando llegaba esa tarde fatídica en que el tutor repartía la cartulina amarilla en donde reflejaban las notas (NM y PA, por lo general), yo temblaba. Cada tres meses la misma movida en casa. Salíamos del colegio los tres juntos y caminábamos en silencio hacia casa. Al llegar nos mirábamos unos a otros bajo la mirada inquisitoria de mis padres. Cada cual pensaba: dáselas tu primero que yo se las enseñaré luego. Y allí estábamos los tres disimulando. Hasta que alguno de mis hermanos, a la desesperada y lagrimando, decía –No me ha ido muy bien esta vez, es que el profe me tiene ojeriza-. Ojeriza, decía el tío. Pero si has aprobado sólo dos. Lo raro es que esos dos profesores no se hayan compinchado con los otros cinco para suspenderte también.
Claro que siempre ha habido profesores independientes y con criterio propio.
-Cada uno a su habitación a estudiar- decía mi padre, -pero, pero, es que yo he aprobado, papá- alegaba en mi defensa, - he dicho que a tu cuarto, y “no os quiero ver cantear”-. (Esta frase la entendí muchos años después. En un principio cantear para mí era una conjugación extraña del verbo cantar, a lo cual dada la situación, yo pensaba: para cantar estamos con la bronca que nos va a caer. Pero esto no viene al caso).
Y así siempre. Cuando alguno metía la pata hasta el fondo, nos castigaban a los tres independientemente de los kilómetros de por medio que hubiera entre nosotros. Porque en mi casa si una cosa había era justicia e igualdad. Mis padres repartían más justicia que el Tribunal Supremo. Puede que lo crearan ellos.
Cuando llegaba esa tarde fatídica en que el tutor repartía la cartulina amarilla en donde reflejaban las notas (NM y PA, por lo general), yo temblaba. Cada tres meses la misma movida en casa. Salíamos del colegio los tres juntos y caminábamos en silencio hacia casa. Al llegar nos mirábamos unos a otros bajo la mirada inquisitoria de mis padres. Cada cual pensaba: dáselas tu primero que yo se las enseñaré luego. Y allí estábamos los tres disimulando. Hasta que alguno de mis hermanos, a la desesperada y lagrimando, decía –No me ha ido muy bien esta vez, es que el profe me tiene ojeriza-. Ojeriza, decía el tío. Pero si has aprobado sólo dos. Lo raro es que esos dos profesores no se hayan compinchado con los otros cinco para suspenderte también.
Claro que siempre ha habido profesores independientes y con criterio propio.
-Cada uno a su habitación a estudiar- decía mi padre, -pero, pero, es que yo he aprobado, papá- alegaba en mi defensa, - he dicho que a tu cuarto, y “no os quiero ver cantear”-. (Esta frase la entendí muchos años después. En un principio cantear para mí era una conjugación extraña del verbo cantar, a lo cual dada la situación, yo pensaba: para cantar estamos con la bronca que nos va a caer. Pero esto no viene al caso).
Y así siempre. Cuando alguno metía la pata hasta el fondo, nos castigaban a los tres independientemente de los kilómetros de por medio que hubiera entre nosotros. Porque en mi casa si una cosa había era justicia e igualdad. Mis padres repartían más justicia que el Tribunal Supremo. Puede que lo crearan ellos.
14 comentarios:
Jajajaja, eso de los castigos comunales era para no demostrar ningún tipo de preferencia hacia ninguno... que luego nacen los celetes entre tatos... "Pues a ti te deben querer más... porque este mes te han castigado dos veces más que a mí", jeje.
los padres nunca estan contentos con las notas. cuantos sobresalientes no he podido celebrar porque me deprimian diciendo que me podía haber esforzado un poco mas con esos notables para que fueran sobresalientes... Por bien que lo hayas hecho.. siempre encontraban algun lado para evitar darte la enhorabuena y en su lugar darte un tiron de orejas. Me vengaré en mis hijos haciendoles lo mismo..jajajaja.
Besitos Maru.
Yo siempre fui bastante repollo.
Y mi hermano un bala, por lo que cuando leían mi apellido SIEMPRE me decían aquello esperemos que seas mejor alumno que tu hermano.
Así que no había posibles celos.
Porque él lo hacía a conciencia y con malicia.
Yo es que siempre fui muy repollo.
Hasta que lo mandé todo a tomar pol culo y acabé así.
Tía.
(Otro post magistral, guapa!)
Dina, no creo que fuera por evitar celos, más bien creo que así se libraban de los tres críos al mismo tiempo.
Javiercid la venganza no lleva a ninguna parte. Saca lo positivo de esa experiencia y olvídate. Los padres siempre quieren que seamos los mejores, no pueden evitarlo.
Peibols yo también era una repollo insulsa, introvertida, insociable y distanciada del resto de niños. Te entiendo a la perfección. A que cuesta creerlo?
Que no, cari... hazme caso... ¿alguna vez te he engañado?... que era para que no tuvierais celicos, juajuajua
Jode que jovenes debeis ser todos aqui porque yo creo que ese tipo de documentos se convirtieron en polvo con el paso del tiempo en mi casa.... o eso o que los guardais muy bien....
Carburo en internete hay de todo, no hay que guardar documentos, ni enmarcar títulos universitarios...que necesitas uno: a internet.
Qué grande todo. Esta sección empieza a ser todo un clásico básico.
Las notas, qué asunto más turbio. De niño no fueron problema, sacaba sobresalientes como soles mañaneros. Pero en la adolescencia la cosa cambió, y entonces sí que había tensión. Como esas película que al principio son amables y luego te cagas de miedo.
O tu has estado en mi casa o mi padre iba por las casas de los demas haciendo lo que mejor sabia. O el regimen los los clonaba y los repartia por toda la madre patria
Madre mía Maru, esto nos lo estas haciendo para que veamos que los tiempos pasados nunca fueron mejores y que cumplamos años con alegría, no??
¡¡ Viva la crisis de los 30 !!
Qué tiempos aquellos Maru!!!
Yo le tenía pánico a esos días porque, a pesar de que yo sacaba buenas notas, siempre me tocaba darle clases al bala de mi hermano... muy majo y casadero él, todo sea dicho de paso!
Enhorabuena por el post! Qué recuerdos! En mi casa se pasaban, te echaban bronca por sacar notable...y la frase lapidaria de te exijo porque tú puedes a fuego la llevo grabada...es lo que tiene que la mama sea profesora y servidora más vaga que la chaqueta un guardia....
Jejeje. Bestial el post. Como los anteriores.
Si no fuera por lo nostálgico que me pongo con estas cosas... snif... snif...
Hombrerevenido, qué me vas a contar! Aquellas clases repletas de pubertad y toda aquella carga hormonal ¿cómo no iba a influir en el resultado escolar?. Es que los padres no se enteran...
karlos, yo creo que los padres adquien esta conducta tras las clases prematrimoniales por si acaso en un futuro tienen que educar a un fracasado escolar.
Buffy, te aseguro que no es ese el objetivo, aunque ser adulto es estupendo, puedes conducir, duermes en una cama enorme, tus hermanos ya no entran en tu habitación sin avisar y comes lo que te da la gana. jajaja
Gatalola, también a mí me tocó dar las clases de apoyo a alguno de mis hermanos. Nos poníamos de cháchara, nos daba la risa y acabábamos los tres castigados.
Pequeña silvi, gracias por la enhorabuena. Yo también estoy segura de que "Tú puedes" jajaja
SpanishJohnny, no, no, no. Nada de nostalgias. Ahora estamos mucho mejor. Y si no, echa un vistazo a las fotos, ya verás...
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