25 marzo 2010

LA GRAN DIETA! El RÉGI-MEN-DRUGO!

Cómo hacer régimen para perder esos kilos, que harán que nuestras carnes desborden, por encima de la línea del bikini, de aquí a unos meses, es un tema de lo más chano y aburrido.

Pero lo cierto es que, a todas nos preocupa. (Uy! sí. A ti también, querido lector con calzoncillos. Y si no debería. Tú te has visto?.)

Llega la temporada de primavera-verano al típico escaparate del stradiwarius -o como se escriba-, e intentas introducirte dentro de la talla que en teoría recordabas que usabas. Y te das cuenta de que los asquerosos jeques de la moda, con la crisis, han quitado unos 20 cmts de tela. Pero cuando llegas a casa toda ofendida con el gremio costurero, no te queda otra que asumir que la edad, el aburrimiento, la felicidad, la ausencia de nicotina, de sexo o cualquier otra causa, han hecho que ganes unos kilitos de más.

Así que te dices: voy a dejar de comer. Pero el qué?.

Los dulces por supuesto, pero sin chocolate no puedo vivir. La bollería la suprimo, ahora eso sí, el croissant del desayuno de los sábados, ni hablar. Los carbohidratos esos deben de engordar bastante, no? Entonces, sólo comeré los espaguetti a la carbonara sin nata líquida. Claro que, el bacon se queda. Como ensalada para poder comerme un yogourt griego -que no sé si será de Grecia o no, pero eso lleva grasa como para aceitar el culo de todos los habitantes griegos más el de algún turco rebotao. Y también reduciré el consumo de atún, lentejas, espinacas, sándwiches, … vamos principalmente lo que me guste menos.



Y así hasta que un día, me di cuenta de que, había dejado de comer segundo plato para poder comer más pan. Estaba haciendo lo que he denominado como la dieta del mendrugo. En lugar de asumir que como mucho pan, había aumentado la cantidad. Y es que el sólo hecho de pensar en quitarme ese delicioso bocado, blandito, blanco y enharinado...por dios, no puedo seguir…las lágrimas me asaltan y la saliva se me escurre…

Así que me he dicho, con lo divina que estás, déjate de dietas, cómprate ropa nueva con la que puedas permanecer sentada sin dejar de respirar, y aprovecha que se te ha estirado la piel de la cara, que mal no te ha venido.


7 comentarios:

Anónimo dijo...

Di que si niña!
dejate estar de tantas tontadas y que luzca ese ocho!

Anónimo dijo...

ahh!!! y por si te ánsiaAAAA saber, soy Waly, ahora vas y lo cascas, estoy en la red! jejeje

Dina dijo...

Reina, el truco esta en comprarte ropa en tiendas donde a las tallas no les hayan quitado centimetros... yo, en una ocasión, me compre unos vaqueritos de la talla 34(en los que entraba holgadamente) en Zara... y si mal no recuerdo Mango tambien tiene las tallas algo distraidas... prueba esta alternativa y no te quites el pan... es que da tanto gusto vértelo comer tan agustito

la maru dijo...

Anónimo, Wali, u otro, basta ya de tontadas, dí que sí! Viva el pan y las mujeres!

Ay qué maja, ella! Dina, si a la ropa no le pasa na de ná. Si te digo que va a ser que me engordado unos kilos bien echaos.

Unknown dijo...

Viva tu!

la maru dijo...

Maquinista, viva tú también! Por cierto, bonita foto!

J. Grau dijo...

En el Decathlon hacen unos pantalones mu majos, bien de talla (con gomilla por detrás) y bien de precio... el que no encuentra es porque no busca, si hay kilos de mas....eso no importa, unas pateadas por la ontaña y se van rápido rápido.

Pásate por mi blog que te he dejado los monólogos que te dije;)