17 junio 2009

Shhhhhh....


Silencio. No digas nada. Me encanta espiarte sin tener que explicarte nada. Sin que sepas qué estoy pensando.

Mis ojos descansan sobre tu piel y disfruto del olor dulce que transpira. Recorro cada pliegue de tu cuerpo como si anduviera en él a diario. Son esas cosas que nunca se olvidan. Mi cuerpo se relaja en tus manos y por un momento no pienso en nada. Estoy tranquila, disfrutando de la quietud que tu presencia me aporta. De las caricias mudas y del sudor lascivo. Eres ese recuerdo lejano que por un instante se ha materializado. Lo has hecho realidad y lo he aceptado como un regalo.

He saciado mis ganas de tí y has desaparecido dejándome extenuada; Desnuda; Amada.

Me encatará volver a verte.


4 comentarios:

Dina dijo...

Maaaaaaaaaaaaaaaaare como andan las hormonas...

la maru dijo...

Adoro el romance! Y más aún si es real.

Vecu dijo...

No tiene mucho que ver con esta entrada, pero bueno... Qué ha pasado al final con los sujetos de tu oficina que llevaban a cabo ritos ocultos en el archivador?? Sé que es peligroso intentar investigar los asuntos de estas sociedades secretas, pero si te haces con nueva información cuenta, que estaba interesante la historia.

la maru dijo...

Vecu, al final creo que se trataba de una venta camuflada de joyería fina por catálogo. jajaja
Pero, intentaré que me inviten a la próxima reunión secreta, por si se tratara de otra cosa...